
La película en algunas palabras…
Es en un paisaje barcelonés sombrío donde vive Sara (papel desempeñado por la actriz Greta Fernández), una mujercita de veintidós años que se describe como una persona normal, aunque su vida no es de ninguna manera normal, de tan escasos son los momentos de alegría.
Madre soltera de un niño en la primera infancia y hermana de un niño revoltoso y triste, hace una serie de trabajitos para mantener estable a su pequeña familia. Sin embargo, cuando su padre, desempeñado por Eduard Fernández, reaparece después de una gran ausencia y años en prisión, amenaza el equilibrio que esperaba encontrar.
Nuestra opinión…
La Hija de un ladrón, largometraje de Belén Funes es una película muy conmovedora que plantea el tema de la soledad y de la precariedad a través del cotidiano de Sara. Esta chica está muy sola : su madre parece ser inexistente, su padre decide desempeñar su papel demasiado tarde y el padre de su niño, a pesar de tener una postura benevolente, ya no la quiere. La soledad de la joven se ve también dentro de todos los mementos de silencio en la película. Además, lucha cada día para satisfacer las necesidades de su hermano y de su bebe. Se ha dejado engañar en un cotidiano muy repetitivo y estresante, que la película representa a través de todos los viajes de ida y vuelta entre su trabajo y su vivienda social, a pie, sola o con el cochecito, cuando ya es de noche o gracias a los primeros planos sobre la cara suave y cansada de Sara, que nunca sonríe.

La hija de un ladrón es el relato de una chica brillante en esta vida apagada, por su coraje, su ternura incluso cuando golpea a su padre y su determinación para encontrar una salida, que lleva el peso de las responsabilidades y el peso de una familia dividida para siempre, sobre sus hombros. Sara necesita amor, atención, necesita sentir que puede apoyarse en alguien, como todos pueden apoyarse en ella.
No obstante, el personaje de Sara es un personaje ambivalente : odia a su padre tanto como lo ama, lo rechaza tanto como espera que esté presente. Este elemento se ve a lo largo de la película, en sus grandes ojos marrones ojerosos, que hablan mucho más que palabras.

Esta película muestra también la fuerza de una familia y del vínculo sanguíneo gracias al personaje de Martin, el hermano de Sara, que decide dar a su padre una oportunidad de estar presente en sus vidas y que logra mostrar a Sara que hay esperanza, en particular durante su bautismo. La película muestra admirablemente la dificultad para esta familia separarse mientras acaba reunirse.
El padre (que es el padre de la actriz en la vida real) es también un personaje interesante: intenta de manera torpeza asegurarse un sitio en este familia donde ya no tiene un espacio fundado. Sentimos el amor que tiene por sus hijos pero sus errores del pasado hicieron de él, un hombre incapaz de estar a la altura de las necesidades de su hija. El dúo padre/hija es destructivo y hermoso al mismo tiempo.
La hija de un ladrón es una película que hay que ver sin esperar, que recuerda la suerte que tenemos, cuando la tenemos, de tener a alguien a nuestro lado para apoyarnos.
Daphné Dutour, CEAL
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