Durante la Edad Media, los príncipes y las princesas descubrieron las especias. Pimienta, jengibre, canela, nuez moscada, son tantos nuevos sabores que las cortes europeanes desean, símbolos de refinamiento y de riqueza. En efecto, las especias vienen del lejano Oriente. Llegan a Europea después de un viaje muy lento y peligroso. Venien del archipiélago de las Molucas, al lado del Indonesia actual hasta Europa. En Europa, el monopolio del negocio de Venice, quién acumula muchas riquezas, disgustan a las otras potencias como Génova, Francia o España. La prohibición para los buques cristianos de pasar el Mar Rojo y el monopolio de Venice, aumentan el precio de las especias y obligan las potencias a disminuir sus stockes de metales preciosos, únicas valores de intercambio. Entonces, estas potencias formulan el deseo de descubrir nuevas rutas de las especias, sin tasas. Los viajes de Colón hasta el Oeste, de Bartolomé Díaz y de Vasco de Gama hasta el Sur o de Juan Caboto hasta el Norte, forman parte de este movimiento.
Entonces, el Portugal, pequeño país pobre de Europa, va a tener un papel importante en este siglo de descubrimiento. Este pequeño país quiere desarollarse gracias al negocio y la colonisacíon, mientras que está en una posición juzgada desfavorable por las principales potencias de Europa porque solo tiene como fachada marítima el océano Atlántico, que es una superficie infinita de agua hacia el Oeste según la geografía de Ptolomeo. El Portugal tiene la mala suerte de no pertenecer a el Mar Mediterráneo, solo mar navegable hacia las especias.
En esta época, en los siglos catorce o quince, los geógrafos piensan que el continente africano es soldado con el continente antártido. Pero, un principe portugués, que conocemos ahora como el infante Enrique el Navegante, es convencido que hay un paso hasta las Indias entre Africa y Antártida. Entonces, el infante Enrique va a asumir un trabajo fenomenal de registro de los relatos de viaje de todos los marinos, reccurre a la ayuda de sabios judíos y árabes, para desarrolar el conocimiento de la navegación. El infante Enrique renova y transforma la flota portuguesa, que fue la más moderna de Europa cuando el infante murió en 1460. Después de su muerta, los descubrimientos son muchos : en 1471, la flota llega al Ecuador, en 1484, Diego Cão entró en el Río Congo y en 1486, Bartolomé Díaz llegó al Sur de Africa, en el actual Cabo de Buena Esperanza, que llamó: Cabo Tormentoso. En esta época, el Portugal es la primera potencia marítima de Europa y va a descubrir, gracias al viaje de Bartolomé Díaz, una nueva ruta de las especias.
A pesar de entrar en desprobación del rey y tener una vida austera, en 1512, un oscurso explorador portugués Magallanes sueña de descubrir el mundo. Así, encuentra el geógrafo y astrónomo portugués Rui Faleiro y van a trabajar juntos sobre un viaje para buscar una nueva ruta para los Indias, pasando por el Oeste, rodeando el continente américano. En sus busqúedades en los archivos secretos del rey, encontren en las mapas un paso del océano Atlántico al océano Pacífico en el 40 grado de latitud. Magallanes tiene su ruta de los especias. Con Faleiro van a calcular precisamente dónde es el paso y cuál debe ser la ruta para ir allá. Una vez que saben todo eso, a causa de la desprobación de Magallanes, van a España, ofrecer su plano al nuevo rey de España Carlos I, el futuro Carlos Quinto quién firma, el 22 de marzo de 1518, una capitulación, contrato que autoriza el viaje de Magallanes. Hasta la salida de la expedición, el Portugal intenta por cualquier medio hacer fracasar el proyecto de Magallanes, pero el 20 de septiembre de 1519, Magallanes empieza su viaje. Su flota tiene cinco buques y 239 marinos. El buque principal es la Trinidad con Magallanes como capitán. Hay también, el San Antonio, dirigido por Juan de Cartagena, la Concepción, dirigida por Gaspar de Quesada, la Victoria, dirigida por Luis de Mendoza y el Santiago dirigido por Juan de Serrano. Magallanes es el almirante en jefe. Decide tomar alimentos para dos años de viaje y una grande cantidad de bibelotes para el comercio con los nativos.
Durante meses, Magallanes y su flota navegan hasta su paso. El 18 de octubre de 1520, Magallanes deja de la desembocadura y el 21 de octubre de 1520, percibe el Cabo de las Virgines y una grande superficie de agua al Oeste. Es el paso. Después de tensiones entre los que quieren volver a España anunciar la información y los que quieren descubrir el paso, Magallanes decide explorar el paso. Luego poco días de navegación, el 28 de noviembre de 1520, la flota de Magallanes llega al océano Pacífico y empieza une lente travesía. El 6 de marzo de 1521, Magallanes llega a las islas de los ladrones y descubre nuevos territorios, las Filipinas. Empieza un comercio entre los marinos y los nativos para comprar muchas especias. Y en este momento de triunfo para la expedición, el 27 de abril de 1521, Magallanes muere en un combate inútil para ayudar nativos en guerra con otros nativos. Después muchos meses, el 6 de septiembre de 1522, después de tres años de viaje, los marinos llegan al puerto de Sevilla sobre el comando de Del Cano. Mientras que la gente piensa la flota perdida, el retorno de la flota provoca una ola de choques en España y Europa. Desafortunadamente, el paso de Magallanes es considerado como poco seguro en esta época para ir hasta las Indias. Los navegantes prefieren ir hasta el istmo de Panamá y proceder al transbordo de la mercadería, de un océano a otro. El paso no fue utilisado. Además, Carlos Quinto decide vender las islas Molucas al Portugal. El paso cae en la leyenda y fue casi olvidado, el corsario Francis Drake usandole como escondite contra los españoles. Magallanes, desde el fin del siglo 16 fue completamente olvidado. La figura de Magallanes fue descubierta de nuevo muchos siglos después, en 1938, gracias a la obra biografíca de Stefan Zweig, Magallanes, que tubo un gran éxito en Europa.
Jules Tarasewicz, pôle évènementiel, le 02/11/2020
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